Paleadores de nubes

Mientras escribo estas palabras me encuentro en el norte del mundo. Vine aquí para que mis hijos conozcan la naturaleza en la que creció su padre y que alimenta no solo las historias que nos cuenta sino también las canciones que comparte con el mundo. 

Si digo siempre que los cuentos de hadas me han ayudado a darle sentido a la complejidad de las emociones, los sentimientos y las conductas humanas, créanme, es totalmente cierto. Hay un cuento que conocemos casi todos los que hemos crecido en la cultura occidental: se trata de “La bella durmiente del bosque”, este es un cuento, como casi todos los cuentos, del cual hemos olvidado sus significados más profundos. 

Quiero hablar solo de uno de los detalles de este cuento: el hada que viene al bautizo de la Bella y le regala algo terrible: “morirás a los quince años al tocar la punta de un huso de hilar”, luego, un hada que aún no había dado sus regalos a la Bella, atenúa este terrible presente diciéndole a la Bella en su cuna que solo se sumirá en un sueño muy profundo. 

El regalo del hada número trece, es algo indeseado, es algo terrible: “morir a los quince años”… pero quedémonos con algo esencial: “el regalo indeseado” y pensemos, en el mito de nuestro tiempo, este mito que nos constituye y del cual hablé en la entrada anterior, ¿qué puede ser un don o un regalo indeseado? Algo que vaya en contra de ese mito, por ejemplo. 

Abundan en nuestra humanidad estos dones indeseados y tienen tantos grados y matices de rechazo, que pasan más o menos advertidos en nuestra cotidianidad.

Si uno de nuestros hijos decide ser músico… ¡Se va a MORIR de hambre! O si quiere ser artista… ¡Se va a MORIR de hambre!, o si es homosexual, transexual, si tiene síndrome de Down o cualquier otra condición que se sale de lo que el Mito de este tiempo califica como normal y exitoso, lo que vemos al otro lado de su camino, es la muerte. 

Por suerte en el cuento, está el hada que aún no había dado su don a la Bella, y atenúa esta tragedia: “Será solo un sueño profundo”. 

Y depende la versión que leamos de este cuento, en uno sus padres la dejan en un castillo a su buen recaudo, en otro todo el mundo duerme con la Bella hasta que es el momento justo y el rosal que cubre el castillo brota en flor y abre el camino de la fuerza de acción que la levanta de ese sueño profundo…

Aquí les llaman “Pelteurs de nuages”, “Paleadores de nubes” a todos aquellos quienes han recibido ese don en contra del mito de nuestro tiempo. Artistas, músicos, poetas… pero por suerte hay un hada para cada uno que aún no ha dado su don. 

© StoryTailors-Doris Castellanos, 2020.