Hibernar, o la historia de cómo dar un buen zarpazo

Después de contar la historia de Eros y Psique en La Botica cerré la persiana de StoryTailors para entrar en otro mundo. El solsticio de invierno invita siempre a tomar una pausa, así que eso hicimos Stan, los niños, Stella y yo. 

Mi papá dice que descansar es cambiar de actividad y eso tiene mucho de cierto. Hay, en el cambio, un movimiento completo del alma y el cuerpo que, a fuerza de novedad, exige que un yo diferente sea el que se pone al mando durante los días de demasiada oscuridad, encuentros familiares y comidas. 

No sé si sería maravilloso de verdad esconderse en una cueva como un oso. Hibernar absolutamente. No lo sé. No tengo como saberlo; si intento imaginarlo, mi humanidad siente nostalgia de las luces de colores, de los encuentros, de la algarabía, de un ritmo distinto, pero ritmo, al fin y al cabo. Como el que sucede en el cuento Rosa Blanca y Rosa Roja. 

En esta historia, durante el invierno, un oso golpea la puerta de una cabaña en donde vive una viuda con sus dos hijas. No hay nada que perturbe la armonía en la convivencia de esas tres mujeres. Es más, un corderillo y una paloma blanca les acompañan cada día. No hay disputas, no hay malas palabras ni malos tratos entre ellas. 

El oso llega pues, y es recibido en este paraíso lleno de armonía y bondad. Es allí en donde decide pasar el invierno y les advierte que cuando llegue la primavera tendrá que marcharse, pues un duende aprovecha cuando la nieve desaparece para ir a robar sus tesoros.

¿Qué hace un oso pidiendo posada en una cabaña en donde viven tres mujeres? ¿Cuál es el llamado de la psique al presentarnos esta imagen? 

Convivir con un oso durante el invierno nos invita a traer una energía arquetípica muy importante a nuestra vida durante un periodo en donde la oscuridad nos debiera ayudar a integrar algo grande, importante, juguetón pero decidido, algo que se puede mover entre mundos, un espíritu que viene en nuestra ayuda, una energía que viene a completarnos, a sanarnos. 

Pero también, una energía que conoce la furia incontrolable cuando de proteger la vida se trata. A veces necesitamos integrar esa energía para poder reaccionar frente al peligro o poder despertar y darnos cuenta del maltrato. 

En el cuento de Rosa Blanca y Rosa Roja, las dos hermanas se dejan insultar una y otra vez de un duende después de ayudarle a salir de varios enredos. Y yo pienso que esta escena es muy cotidiana en nuestra vida; sucede cuando ayudamos y recibimos maltrato a cambio. Los cuentos de hadas nos hablan del colectivo dice Marie-Louise von Franz, y yo veo al colectivo en todo el mundo haciendo favores y dejándose maltratar por cada gobierno elegido o no elegido. 

Trabajamos, pagamos impuestos y en la mayoría de los casos el esfuerzo de este cuido es respondido con el insulto del enano en un servicio deplorable de salud o educación, o en un sistema de transporte público siempre deficiente. Y esto lo comento desde el norte global, que se supone próspero y respetuoso. Mentira. Aquí también el enano insulta después de recibir ayuda y roba en la primavera los tesoros del oso. 

¿Cuántas veces servimos, hacemos un favor o cientos, y recibimos maltrato de vuelta? Es allí en donde vale la pena preguntarnos qué tipo de energía llevamos colectiva e individualmente para permitir que el maltrato y el abuso hagan parte de nuestro cotidiano.

Preguntarnos, sobre todo, si cuando el oso ha golpeado a nuestra puerta durante el invierno le hemos abierto y hemos convivido con esa fuerza durante las noches largas de oscuridad. Si nos hemos dado la oportunidad de hacer silencio y entrar en contacto con nuestra alma de manera profunda; si nos hemos permitido el silencio que nos conecta con nuestra capacidad instintiva.

Pero la realidad es ruidosa, y en ella nos habita una obsesión con la bondad, la pureza y la vida apacible y sin problemas, tal y como viven la viuda y sus hijas en la cabaña. Vivimos en la ilusión que nos muestran las pantallas, los algoritmos que buscan vendernos un mundo demasiado parecido a esa obsesión. Cientos de opciones para estar siempre bien… como parecían estar siempre las tres mujeres de la cabaña. Pero vivir en un mundo así nos aleja de nuestros instintos y sin ellos no podemos vivir.  

El enano insultante siempre estuvo afuera, ¿no se lo habían encontrado nunca estas tres mujeres?

El cuento nos dice que el oso debe entrar en nuestra vida, pues más adelante, cuando llega la primavera y el oso va a buscar sus tesoros y los encuentra en las manos del enano, y no solo eso, sino que el mismo enano le ofrece a las dos chicas como comida, este no duda en acabar con él de un zarpazo. 

El cuento nos dice que hay un momento en que tenemos que abrirle la puerta al oso, conectar con nuestros instintos para poder vivir en nuestra verdad.

Las dos hermanas nunca respondieron a los insultos, y lo que es peor, seguían al servicio del enano cada vez que este estaba en un problema. ¿Nos hemos encontrado en una situación así en nuestra vida? 

Alguna vez estuve en una oficina en donde la jefa del equipo comenzó a cometer faltas graves contra nuestra integridad moral. Estuvimos un tiempo con un clima terrible cada día. Yo decidí denunciar la parte que a mí correspondía y recuerdo aún en mi cuerpo los insultos que recibí de su parte y el color que mis ojos vieron en esa escena. Yo lancé ese zarpazo de oso, me costó el puesto, pero este acto me dejó claro que solo podría hacer y estar en el lugar en donde fuera tratada con respeto. Sin insultos. 

Podría decir que ese día comenzó a gestarse StoryTailors desde algún lugar precioso de mi alma. Como el oso, fui a cuidar mis tesoros. De esto hace unos quince años ya. 

Lo que nos dice la psique con esta historia es que debemos hibernar “con” el oso, no “como” el oso. Necesitamos integrar esa fuerza arquetípica maravillosa que, como sucedía en las sociedades chamánicas, “los iniciados tenían visiones de un oso como un espíritu animal que desmiembra, limpia, fortalece y reconstituye su esqueleto, reemplazando así, simbólicamente, su antigua estructura del ser con una nueva capaz de soportar las fuerzas más difíciles, no solo de la esfera mundana sino la eterna.”*

Esta es la invitación para todes, para mí misma, la de hibernar con el oso, para cambiar nuestras viejas estructuras de ser, hacernos cada ciclo estacional una nueva forma psíquica y matérica que tenga el anhelo de continuar viviendo. 

Un abrazo y toda la fuerza del oso para 2025.

Doris

*The Book of Symbols: Reflections on Archetypal Images, ARAS, Taschen, 2022.